26 de octubre de 2024 en Korhogo, un día memorable para las Hijas de la Cruz que, junto con los laicos de su entorno, celebraron una misa de acción de gracias por todo lo que Sor Janine SEIN ha podido vivir y compartir en África. En esta tierra, el lenguaje del amor ha unido su vida misionera con un pueblo que la ha adoptado y al que ella ha adoptado.
A lo largo de la jornada, los ponentes dieron testimonio de :
El alma de la vida misionera de la Hermana Janine
«Ser testigo de la ternura de Dios». La oración constante siguió siendo el alma de su vida misionera, porque para ella, seguir a Cristo era siempre una llamada a imitarle, el enviado del Padre para salvar y curar al mundo. «Curar» era la expresión misma de su profesión de enfermera. A través de su misión de curar, pudo hacerse eco del carisma legado por los Fundadores: «Curar es imitar al propio Maestro».
Las misiones vividas
Después de Niellé, fue a Korhogo, donde, junto con las Hermanas de las Hijas de la Cruz, creó un hogar para personas con discapacidad mental. Pronto se dieron cuenta de que esas personas frágiles estaban marginadas. Así que, con el apoyo de laicos, decidieron ofrecerles un lugar de acogida, paz, ternura e integración familiar y social. Además de los cuidados médicos, el Centro Jubileo ha pensado en la reinserción socioeconómica de los pacientes una vez restablecida su salud. Los pacientes curados están desarrollando una granja agropastoral y talleres.
«Como María, de pie al pie de la Cruz, de pie en el corazón de la discapacidad, dio sentido a la fragilidad y al sufrimiento». El nombre dado al terreno donado para la granja refleja muy bien este proyecto de levantar a la persona: WOWOYELAA, que en senoufo significa «¡Pongámosles de pie!
Todos estos testimonios fueron acompañados de donativos de los participantes: sacerdotes, laicos, congregaciones religiosas y, por supuesto, sus hermanas. Le regalaron un cuadro de la Virgen María deshaciendo nudos y un bolso para guardar los preciosos frutos de todas las semillas sembradas.
Estas muestras de afecto dejaron un poderoso mensaje:
Acoger la gracia del Espíritu Santo para poder anunciar a Dios al mundo más con obras que con palabras, para ser mujeres portadoras del Evangelio.
Nuestra comunidad de postulantado ubicada en Boniéré, precisamente en la Diócesis de Katiola está compuesta por cuatro hermanas y cuatro postulantes. Vamos a presentaros nuestra vida de formación al postulantado. En el postulantado, todas las hermanas participan en nuestra formación humana, espiritual y pastoral. A nivel humano: tenemos actividades prácticas. Tales como: Aprender a cuidar el ganado, a ser ama de casa, jardinería, costura, informática. A nivel espiritual: oración, acompañamiento, profundización en los sacramentos, en el credo, la Biblia, Lectio Divina, etc. A nivel pastoral: visitamos a los enfermos, a los vulnerables, a los discapacitados. Damos cursos de apoyo a niños y jóvenes en la escuela secundaria. Hacemos catequesis en la parroquia.
El día en el postulado comienza a las 6:15 a.m. con los Laudes y la celebración eucarística en la parroquia del Sagrado Corazón de Boniéré animada por nuestra comunidad. Luego, de regreso a casa, desayunamos antes de comenzar las actividades comunitarias. A las 8 a.m., tomamos nuestro tiempo de oración personal que dura de 45 minutos a 1 hora. Después de este tiempo de encuentro íntimo con el Señor, nos preparamos para las clases programadas (9 a.m. a 11 a.m.) que difieren de un día a otro. A las 12 del mediodía oramos a mitad del día y después, el almuerzo. Hacemos una siesta antes de reanudar las actividades o clases personales o comunitarias. También tenemos horas para profundizar en las sesiones y cursos. A partir de las 4:30 p.m., cuidamos de nuestro corral, del huerto y de las flores. A las 6 p.m., tenemos oración comunitaria (Vísperas, Rosario o compartir la palabra de Dios o adoración en el Santísimo Sacramento). Después de este tiempo de oración, llega la cena comunitaria. Finalmente, el recreo comunitario siguiendo las noticias de televisión. Los martes la noche es libre (trabajo personal). El día termina con las completas o la lectura de la Palabra de Dios permaneciendo en silencio.
Nathalie, Elise, Marina y Evelyne
Disponible para la acogida; la comunidad de Hope es también el hogar de las hermanas jóvenes en formación. Desde hace unos años vive esta hermosa experiencia de los caminos de los jóvenes en la adquisición de conocimientos, conocimientos para estar al servicio de la misión.
A lo largo de los años académicos, la comunidad saborea la alegría de compartir la experiencia, los descubrimientos, las discusiones. Y esta alegría es mayor cuando los jóvenes llegan al final de una formación. Esto es lo que experimentamos con la defensa del informe de pasantías de la hermana Charlotte SANKARA el 10 de junio de 2021. Ella pasó esta prueba en CELAF (African Lassallian Center) y más exactamente en el departamento ISVR (Instituto de Ciencias religiosas de la vida). La defensa tenía como objetivo exponer el objetivo de una pasantía que realizó en un orfanato ubicado en Bingerville, Abiyán, Costa de Marfil. El tema fue la transmisión de un lenguaje cuidadoso para un comportamiento respetuoso. Al respetar el tiempo impuesto por el reglamento, la hermana Charlotte pudo identificar las razones de esta elección con los niños. Esta formación práctica, explicó, está en perfecta armonía con el carisma de la Congregación de las Hijas de la Cruz: "Representar la vida de Nuestro Señor Jesucristo y la sencillez de su Evangelio por su espíritu, sus acciones y sus obras" (2) y hacer que Cristo esté presente y vivo en nuestro entorno vital. Este carisma que se puede resumir en dos palabras "Enseñar y Curar" se expresa en el amor preferencial por los pobres con el fin de ayudarles a realizarse a sí mismos en su vida cotidiana. Impulsada entonces por este deseo de amor por los pobres, simplemente optó por hacer una pasantía con los huérfanos.
Después de hacer las preguntas, los miembros del jurado tomaron una hermosa decisión. La comunidad de Hope Commune compartió la alegría de la hermana Charlotte después de un trabajo largo y serio.
Disponible para la recepción, la comunidad de Hope, también está disponible para recibir lo inesperado. Durante el paso del Nuncio Apostólico en nuestro territorio parroquial el 13 de junio de 2021, compartimos con toda sencillez el descubrimiento de cada Congregación en las inmediaciones. Tras este intercambio con Monseñor Borgia, visitamos algunas obras de las Hermanas Reparadoras Siervas del Sagrado Corazón de Jesús: centro de alfabetización, costura, ... Alrededor de las 11 a.m., se celebraba misa. Entonces cuando al final de la homilía surgió lo inesperado: el Nuncio dijo: tomemos como ejemplo de vida, de la Beata Hermana María Laura Mainetti cuya beatificación –dijo– tuvo lugar el pasado domingo en Chiavenna, Italia. Ella es una de las hermanas de sus hermanas, las Hijas de la Cruz. La hermana María Laura dio testimonio de santidaden lo cotidiano.
¿Cómo no ser agarrados después de esos momentos?
Sólo el Magnificat de María testifica la acción de gracias en nuestra vida.
Sí, "¡Mi alma exalta al Señor, exulta mi espíritu en Dios mi Salvador!"
El comienzo del curso 2019-2020 fue bastante difícil en el Colegio porque algunos de nuestros profesores se integraron en la Función Pública.
No fue fácil encontrar reemplazantes pues la mayoría de los centros privados experimentaban las mismas realidades que nosotros.
Con la gracia de Dios acudieron en nuestra ayuda algunos profesores que estaban libres.
Pero en Marzo el curso fue interrumpido por causa de la Covid 19, y a l retomarlo en el mes de Mayo los profesores se dedicaron a la tares con total abnegación. Así pudieron acabar correctamente con los programas de la clase de 3º.
Los muchos esfuerzos desplegados dieron sus frutos con excelentes resultados que hicieron honor a San Andrés Huberto y a Santa Juana Isabel.
La gran sorpresa nos llegó de un alumno de 5º que pasó el BEP como candidato libre y superó la prueba.
Alabamos y glorificamos a Dios a Quien confiamos nuestro hermoso país de Costa de Marfil al acerarse las elecciones presidenciales.
Mme Nambo Marie-Thérèse
Directora
Todas nuestras actividades habían comenzado bien como en cualquier otro lugar cuando nos llegaron noticias de esta epidemia a través de los medios de comunicación. Cómo no preguntarse, preocuparse cuando nuestros países de origen, nuestras hermanas, nuestras familias, nuestros conocidos se ven afectados por este extraño virus que trae la memoria otros virus que causaron tantas víctimas en su época.
Las primeras medidas del Estado de Costa de Marfil a mediados de marzo trajeron la realidad de nuestra región de Poro, en el norte de Costa de Marfil, a nuestra propia realidad con el cierre de las escuelas y el envío de todos los estudiantes al confinamiento doméstico para evitar la propagación de la epidemia.
En nuestra comunidad de Santa Isabel, nos preguntamos: ¿qué hacer con nuestras estructuras? El Centro Jubileo, hogar de los enfermos mentales, debe continuar su misión, el alivio de los enfermos y de sus familias no pueden esperar a una hipotética fecha de finalización del encierro.
En cuanto al Centro de Don Orione para Discapacitados, es seguro que los niños atendidos en rehabilitación funcional y educación especial se quedarán en casa o serán atendidos en el CHR en Korhogo porque habría un riesgo demasiado alto de contaminación. Los únicos servicios que permanecerán abiertos de acuerdo con las dos personas que trabajan allí son el taller de ortopedia para el mantenimiento de ciertos dispositivos y zapatos y la recepción social, que siempre está llena.
Las autoridades locales o ciertas personalidades preocupadas por la supervivencia de las personas, enfermas o no, que nos visitan nos han proporcionado alimentos básicos para que podamos distribuirlos a las familias necesitadas. Una gran parte de la población que trabaja informalmente, es decir, que comen lo que ganan durante el día han perdido su sustento con las medidas que ha tomado el gobierno y ¡a la gente no le queda nada para comer y nada más para dar a sus hijos!
Entonces, en comunidad, optamos por una flexibilidad en el confinamiento y por una prudencia con la implementación de medios de protección: lavado de manos y mascarillas lavables de algodón de doble capa hechas por una costurera. El confinamiento parcial nos ha permitido seguir el trabajo de la casa, trabajar en el ordenador y dedicar más tiempo a la oración personal y comunitaria. De hecho, ha pasado un mes y medio desde que es posible pensar en las celebraciones eucarísticas en la parroquia y se nos han llamado como a todas nuestras hermanas a intensificar nuestra oración para que el mundo salga de la pandemia y a orar con los enfermos y sus familias, con nuestras hermanas que atraviesan esa Cruz y con los sanitarios e investigadores que están luchando.
Afortunadamente, una o dos veces por semana, tenemos la suerte de celebrar la misa en nuestra pequeña capilla presidida por un sacerdote de la parroquia enviado por nuestro párroco. A veces se nos unen algunos feligreses... En el día de Resurrección 2020, vino a vivir la Eucaristía con nuestra comunidad una mujer, que encontró nuestro celebrante del día rezando a María en la Cueva. Al final de la celebración, Marie-Lucie se levantó, disculpándose por dar las gracias. ¡Su alegría era tan grande! Para esta cristiana, antigua musulmán, esa misa fue una bendición. No sabía que tendría esta oportunidad y el único billete pequeño de 5,000 FCFA destinado a comprar ese día de Pascua algo para compartir con sus parientes musulmanes, lo dio como una ofrenda. Estaba en acción de gracias: ¡ese momento era una bendición en medio de todas las dificultades que tuvo que vivir en estos días!
Para nuestra comunidad, ese testimonio permanece como una perla en un momento en que vemos que la epidemia aumenta lentamente en nuestro país... Incluso si el futuro es incierto, si nuestros proyectos y programas han sido trastocados, estas palabras permanecen como una esperanza: ¡el Señor ha resucitado! ¡Pasa por nuestra cotidianeidad!
Sor Janine, Sor Giovanna, Sor Denise y Sor Emmanuelle
El 26 de abril, dos mujeres llegaron a la recepción social del Centro, enviadas por el servicio social de la CHR de Korhogo, acudían en busca de ayuda, pues su hermana acababa de morir una semana después de dar a luz a 3 bebés, trillizos nacidos prematuramente. Wandja, Finin y Lazeni, dos niñas y un niño, nacieron como flores muy frágiles, que comienzan a abrirse...
Incluso a una de las niñas, al nacer, se le había fracturado una pierna, por encima de la rodilla. "Fue un accidente", dijo la partera que asistió al parto. Afortunadamente, su tía había prometido convertirse en su nueva madre para que pudieran crecer... Pero los bebés, demasiado pequeños (en torno a un kilo de peso) habían permanecido en el hospital en el servicio de neonatología, donde esperaban que ganaran algo de peso.
Entonces, con Alphonse, nuestro coordinador externo, establecimos un apoyo para los niños y su familia: contacto con el hospital, compra de biberones, leche, pañales, medicamentos, vacunas y... la protección necesaria contra la Covid19 para cuidadores que trabajan con nuestros tres pequeños. La urgencia era que sobrevivieran y fueran la vida de su madre para quienes los rodeaban.
Así que fuimos al hospital, para conocer a los niños, para ver cómo y cuándo, la pequeña Finin podía ser tratada de su pierna rota y para asegurarnos de que estos tres niños fueran bien atendidos. Después de que habían comenzado a perder peso, a fuerza de cuidado, los pequeños fueron recuperándose un poco incluso si Lazeni, el niño, se mantuvo en un nivel crítico. La pierna de Finin terminó inmovilizada: al menos, sufrió menos, ¡incluso si no sabemos qué posición tomó su fémur!
Y al cabo de un mes, los pequeños trillizos salieron del hospital. Habían ganado 400 gramos y estaban dando buenas señales. Entonces la mamá vino al Centro, acompañada por otras dos mujeres para mostrarnos a los niños y tener lo necesario para alimentarlos y cuidarlos. Eran pequeños pero muy hermosos, y abrían poco a poco abriendo gradualmente sus ojos al mundo...
La mamá volvió por segunda vez la semana pasada al regresar de un chequeo en el hospital. Acababa de recibir unos "canguros" ofrecidos por Unicef para llevar con seguridad a los bebés y nos propuso que se los probásemos. Una amiga italiana al ver la foto escribió: "¡Ustedes son incubadoras humanas!"
Pero la vida es frágil... Como una flor que intenta florecer, y un fuerte viento la hace caer y se desvanece. Así Lazeni, con un brote de fiebre, la víspera de Pentecostés, se fue a la otra orilla y se unió a su madre... ¡y ahora es un ángel más en el cielo!
Pero la historia no ha terminado. ¡Wandja y Finin están ahí y tienen que crecer! Su mamá cuenta con nosotros para hacer frente. Y gracias a las donaciones de los bienhechores podremos ayudarles.
Pues estas flores se unieron al ramo de muchas otras flores que ya están en nuestro jardín. Wandja y Finin se unieron a Alassane, Fousséni, Nonlourou, Eléakim, Korotoum, Espérance y muchos otros...
¡La vida llama! ¡Esperamos que estas dos flores se abran plenamente!
¡Y, en cuanto a nosotras, la Caridad nos urge!
Soeur Giovanna y Soeur Emmanuelle
Como parte de La pastoral juvenil y vocacional, nuestra diócesis de Katiola en Costa de Marfil organiza anualmente reuniones de jóvenes durante el tiempo fuerte de la Iglesia. Por eso, nuestra parroquia invitó a los jóvenes a vivir una juventud pelé-juvenil en este tiempo de Cuaresma para testificar su elección por Cristo.
Y los jóvenes llegaron de las cuatro esquinas de la parroquia para reunirse en un pueblo (Sourkoudougou) ubicado a cuatro kilómetros de la parroquia. Para vivir bien este tiempo de peregrinación, dividimos a los jóvenes en varios grupos de treinta personas, para permitir una buena participación en la reflexión de los subtemas y las Estaciones del Viacrucis según las propuestas del equipo organizador. Durante la marcha, hubo estaciones del Viacrucis y momentos de pausa para que cada grupo pudiera tomar un momento de reflexión y responder los cuestionarios extraídos del mensaje del Papa para la Cuaresma. Los jóvenes estaban acompañados por el capellán de pastoral juvenil, el padre Armand Touré, la Consejera, Sor Clémentine Tapsoba con la hermana Adèle Rouamba. Tuvimos también voluntarios (maestros de la escuela) que se ofrecieron para acompañarnos.
Cuando llegamos al lugar de recepción, la comunidad cristiana y los catequistas titulares nos esperaban con alegría. Eran muy numerosos los que participaron en la celebración eucarística con nosotros. Estábamos unos 350 entre jóvenes y adultos, además de algunos niños. Después de un descanso, tuvimos una lección sobre el tema: JOVEN MISIONERA CON CRISTO, impartida por la hermana Clementine. Luego tuvimos la celebración eucarística y la puesta en común de las reflexiones en vez de la homilía guiada por el padre Armand.
Después de esta hermosa celebración eucarística, seguida del compartir la comida traída por cada peregrino, hubo una animación del coro juvenil con canciones de alabanza antes del regreso. Emprendimos el camino de regreso con la auténtica bendición del mismo Dios (¡una buena lluvia!) que renovó nuestras fuerzas. Al llegar a la parroquia, el párroco, el padre Alexis y la hermana Marie nos esperaban para bendecirnos y enviarnos en misión a nuestros lugares de vida y al mundo.
Este tiempo de peregrinación fue un tiempo de compartir, de intercambio y oración entre los jóvenes de la parroquia. Todos vivían la alegría interior de poder hacer un camino de fe con Cristo y con los otros.
Tranquilamente la tarde del 17 de marzo de 2020, las hermanas de la comunidad de Abidjan están pasando un tiempo de encuentro con las hermanas que han llegado de Khorogo: Emmanuelle et Janine. Comparten en fraternidad los proyectos que trae cada una para los próximos días: procedimientos administrativos para las estructuras de salud; el Centro de Jubilé de Korhogo, reanudación de la escuela, Centro Lasaliano Africano (CELAF), ritmo diario de la misión; presencia comunitaria, permanencia en el Obispado para la secretaría... En resumen una lista completa de actividades para vivir en tiempo cercano.
Pero de repente, después de leer sus "sms", Emmanuelle grita: "¡Ala! El gobierno marfileño está enviando un comunicado de prensa a la población: es el cierre de todas las escuelas para evitar la propagación del Coronavirus”. ¡Y mira por donde, un simple "texto" altera por completo la lista completa de nuestros "Haremos esto, haremos eso"! Todas las gestiones quedan bloqueadas. Afortunadamente, Emmanuelle y Janine encontraron la posibilidad de un transporte para llegar a su comunidad.
Tuvimos la gracia de vivir la Eucaristía hasta el 19 de marzo, día en que las directrices de las autoridades eclesiales de acuerdo con las medidas estatales anuncian la suspensión de todas las actividades pastorales en la Diócesis. Por tanto, desde ahora se suspenden todas las reuniones de más de 50 personas: reuniones de oración, Celebraciones Eucarísticas con presencia de fieles, sesiones de catequesis y Viacrucis. En la misma línea, las peregrinaciones diocesanas de jóvenes y adultos durante el período cuaresmal previstas para el domingo 22 de marzo tuvieron que ser canceladas. Únicamente los niños de la Parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza (unos 3000) tuvieron la oportunidad de realizarla el sábado 14 de marzo. El sábado 21, nos arriesgamos a presentar una petición al Párroco, para saber si era posible tener la celebración de la Eucaristía en nuestra capilla el domingo. Nos fue concedido y el Vicario vino a celebrar la Misa a la Comunidad. Una religiosa de la Congregación de Ntra. Sra. De Evron se unió a nosotras.
Después de estos movimientos, rápidamente cambió la situación de salud dentro del país: de 3 casos confirmados a mediados de marzo, hemos alcanzado más de 80, hasta el día de hoy. Afortunadamente, no se ha declarado ninguna muerte, y ya se han anunciado 3 casos de curados.
Sin embargo, el gobierno no está bajando la guardia. Por el contrario, ha intensificado las medidas para combatir la propagación de Covid-19:
Teniendo en cuenta la situación económica de la población, que se ve obligada a trabajar, el Estado ha decidido mantener la circulación del transporte común, como taxis con taxímetro, gbaka (minibuses utilizados para transportar a varias docenas de personas), woro-woro (compartir el viaje). Por lo tanto, estos medios de transporte están autorizados a circular con la condición de reducir el número de pasajeros para respetar una cierta distancia. ¡¡¡Lo mejor es no necesitarlo!!!
En cuanto al lavado de manos, está recomendado con fuerza. En todos estos perturbaciones parece que algo importante empieza a faltarnos: ¡la sonrisa "made in en Costa de Marfil" camuflada por la mascarilla cuyo uso también es muy recomendada!
Pero en estos acontecimientos desestabilizantes sentimos la invitación a honrar el suelo humilde de la vida cotidiana[1]. Sí, se nos revelan estas realidades cotidianas y el Evangelio es muy revelador en estos días agitados cuando nos invita a vivir la pequeñez como un lugar de vida: "Siervo bueno y fiel,... en lo poco has sido fiel, te estableceré sobre lo mucho; entra en el gozo de tu Señor ", Mateo 25, 21.
¿Qué pequeñas cosas para vivir en suelo marfileño en estos días especiales?
Debemos aceptar ver la vida de otra manera a través de la terrible experiencia de la enfermedad del Coronavirus.
Debemos encontrar en el "encierro" la novedad y la actualidad del Evangelio. Siguiendo el ejemplo del hijo pródigo, las Buena Nueva nos invitan a "entrar en nosotros mismos", Lucas 15:17 para volver a lo esencial, para devolver a nuestra consagración la seriedad del compromiso bautismal.
Sí, acogemos agradecidas las palabras de Sor Susana: "Estamos ante una oportunidad privilegiada... para volver a lo esencial de la humanidad... para encontrar nuevos puntos de referencia y nuevos caminos de felicidad... y para pedir gracia y sabiduría para un nuevo comienzo”.
Ojalá que la gracia del Espíritu Santo nos revele que lo que vivimos como un día de sufrimiento invencible sea “tiempo de promesa y esperanza".[3].
Las hermanas de la comunidad de Abidjan
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[1] Prefacio, de Anne Pelletier en “Bautizados en el fuego” de Dolores ALEIXANDRE.
[2] La Congregación de las Hijas de la Cruz; su Fundadora y su Carisma, ed. Du Signe, p. 4-5.
[3] Préface, d’Anne Pelletier dans Baptisés dans le feu, Christus de Dolores ALEIXANDRE.
En el corazón de la región de Poro en la Antena de Korhogo, el Centro Don Orione, para personas con necesidades especiales acoge con su familia a niños y adultos en situación de necesidades especiales físicas, mentales o sensoriales con el fin de ayudarles a avanzar hacia la autonomía física e intelectual con vistas a su inserción social.
Desde hace 25 años, la misión de nuestro Centro de personas con necesidades especiales de Don Orione, Antena de Korhogo, se prosigue con demandas que diversifican y que aumentan de año en año. Nació en 1994 por iniciativa de la unión de religiosas de la diócesis de Korhogo y confiada a la Congregación de las hijas de la Cruz por Monseñor Auguste Nobou, Obispo de la Diócesis de Korhogo.
Desde hace algunos años hemos tenido la suerte de contar con la ayuda de educadores que procedían de dos direcciones regionales de ministerios y que reforzaron el equipo con sus competencias para acoger y acompañar siempre a más niños en educación especializada: deficientes y sordomudos
Si aumenta el número de niños acogidos y atendidos se debe a que desde el principio del Centro, e incluso antes, hubo un gran trabajo de sensibilización en torno de las necesidades especiales. Pues muchos se les dejaba de lado, los escondían o acompañaban a la muerte. Las familias se arreglaban para hacerles desaparecer y morían pues los niños que nacían con alguna deficiencia eran considerados, según la creencia, como niños-serpientes, así favorecían su retorno a su naturaleza primitiva.
Entonces, cuando después de tres años de demanda y de espera, siendo conscientes de que había que dar un paso más en la acogida a personas con necesidades especiales y también a sus familias, el 24 de octubre de 2019, recibimos una gran alegría: el Ministerio de Empleo y de Protección social por mano del Ministro, firmó la aprobación de nuestro Centro: “para llevar a cabo todas las actividades educativas para niños y adolescentes en situación de discapacidad”.
Esto nos abre a la posibilidad de llegar a acuerdos con diferentes ministerios que nos permitirán responder mejor a las demandas en constante aumento en todos los sectores, tanto en la atención y cuidado de la salud física como en el apoyo educativo de quienes acuden a nosotras.
Una abuela que vino a confiarnos a su nieta que no hablaba a la edad de 4 años, nos expresó su alegría en la fiesta de fin de año: "“Antes mi hija no hablaba, pero ahora habla dioula, senufo y francés. ¡No lo creía pero sé que ella puede aprender! ¡Agradezco a los educadores y al Centro! "
Entonces, en espíritu de Servicio a estas poblaciones de personas con discapacidades y a sus familias tan vulnerables, vemos que el futuro se abre con otras perspectivas.
“Tenemos que hacer mucho más. Mucho más de lo que podemos. Para tratar de hacer lo suficiente. Se necesita hacer más. Cada día. Todos los días…”
“¡Todo amor sembrado, florecerá pronto o tarde!” (Raoul Follereau)
Un día a fines de septiembre, el papá de Tiélourgo llamó a la puerta de nuestro Centro. Después de probar todo -medicina tradicional, masajes y oración de un pastor- estaba desesperado...
Había estado buscando ayuda para cuidar a su hija durante más de 3 semanas. De hecho, en Korhogo CHR, tuvimos que administrarle una transfusión de sangre porque estaba muy anémica y tuvo que someterse a una amputación de la pierna para evitar, si aún era posible, la propagación del cáncer que le había cogido la rodilla.
Sin los 240 000 FCFA (366 €) que debían financiar la operación y las trasfusiones, nada se hubiera hecho… Y el cáncer se hubiera llevado rápidamente la niña de 10 años.
En estas circunstancias Sor Giovanna y yo decidimos hacer algo y deprisa. Volvimos a llamar al papá que volvió a la mañana siguiente con todo su dossier médico.
Después de haberle escuchado de nuevo durante unos momentos, lo dejamos regresar al hospital con el dinero de la operación. Incluso sabiendo que nos faltaría en el funcionamiento de nuestro Centro, no podíamos ignorar la urgencia: salvar una niña, salvar a Tiélourgo era una prioridad.
Fuimos a verla al día siguiente de la operación… A pesar de la fatiga, la chiquilla tenía buena cara y sus padres el rostro radiante de quienes han luchado y triunfado donde penaban desde hacía semanas o meses…
Algunos días más tarde, pasó al Centro con su papá.
Nos lo agradecieron y todavía nos pidieron ayuda para proseguir con los cuidados. Les dimos 50 000 FCFA (76 € 25) para comprar medicamentos y lo y necesario para los apósitos.
Actuamos de urgencia. Las curas de Tiélourgo comenzaron justo a tiempo. Ya hemos financiado 290 000 FCFA.
Agradecemos a los bienhechores que nos han permitido dar esas oportunidades de vivir a esos niños y de aliviar a sus familias.
Tiélourgo ha reanudado su camino a la escuela puesto que la herida de la operación estba bien cicatrizada… Cursa CE1.
En Niellé, vuelta de la Hermana Janine nombrada «Shientchon»
Con ocasión de un encuentro en la ciudad, Sor Fatou Xavière me preguntó si estaría disponible en el mes de diciembre. Pocas semanas después recibíamos una invitación para la celebración de sus 25 años de vida religiosa en Niellé.
Nielle evoca para mí el primer contacto con la Costa de Marfil profunda un16 de septiembre de 1973. Ese día llegamos a Niellé con Soeur Mathilde Saint Jean Asistenta General, con Soeur Jeanne Aldalurra y con Soeur Jeanne Marisco.
Ha sido la misma emoción la que me ha embargado este 23 de diciembre al ver a las personas que venían a saludarme llamándome por mi nombre. Reconocía a algunas y descubría a otras que se habían hecho adultas e incluso a otras cuyos cabellos se habían vuelto blancos y que tenían arrugas como yo misma. Lo que me encantó es que todos guardaban un buen recuerdo. El tiempo es quien borra lo que está menos bien. Se tomaron fotos a la salida de misa. Aquí, yo estaba en la caja.
Brehima, con quien trabajé durante 25 años en el dispensario llamó al enfermero para ir a hacer una visita al dispensario. El personal se sorprendió al verme en carne y hueso. Me veían diariamente en la foto que está en la sala de espera. De hecho hace veinte años el prefecto de Ferké había enviado una fotografía para disparar “una pose” y esa foto continúa en la sala de espera del dispensario con los colores bastante apagados.
La ceremonia que nos condujo a Niellé fue muy hermosa; Soeur Fatou había elegido celebrar los 25 años de vida religiosa en Niellé, poblado próximo a su poblado natal. Fatou proviene de una familia musulmana y allí estaba toda su familia. La juventud de Niellé con toda seguridad será sensible a ese testimonio de vida consagrada a Dios.
Muchos misioneros tienen nombres significativos que les da la gente. Cuando sonó para mí la edad del retiro, a la sazón a los 55 años, las autoridades quisieron agradecerme dándome la medalla del mérito. Hubo hermosos discursos llenos de cortesía y delicadeza: “hoy honramos su ardor en el trabajo”.
Con gran seriedad la gente me ha dado un Nombre y un Apellido Soeur Ouattara Shientchon, llamada Soeur Janine.
Quise saber el significado de mi nombre: “la que nos ha cautivado con un buen corazón”.
E l 8 de Diciembre de 2017, un niño fue acompañado al Centro Social 1 de Korhogo por el Señor Yéo Souleymane, Imam de la Mezquita del barrio Prémafolo de Korhogo.
El griot (bardo), a petición del Imán, recorrió todos los barrios de la ciudad de Korhogo para preguntar si sabían algo de un niño que había desaparecido. Pero nadie sabía nada. Le dijo que algo había sido referido por el comisario de Policía y ese era el motivo de su presencia.
El Señor Souleymane relata que el 6 de diciembre de 2017, fue interpelado por los fieles musulmanes de la mezquita sobre la presencia de un niño enfermo que se veía desde algún tiempo en las proximidades de su lugar de culto. Hizo que el niño fuera ante él para conocer sus orígenes. Según él, el niño decía llamarse « Tchékoroba » (« El viejo»). Dijo que tuvo una comunicación difícil con él. Además no disponía de medios materiales y financieros para hacerse cargo del niño. Así que vino a solicitar los servicios competentes para su protección.
Entonces el Centro Social procedió a escuchar al niño. Dijo que se llamaba ISSA y que su padre le había puesto el sobrenombre de « TCHEKOROBA ». Que su padre se llamaba DRISSA y que no conocía a su madre porque había muerto. Contó al equipo del Centro Social que su padre lo había confiado a su tío, un marabout (morabito) de profesión (En las sociedades islámicas de África occidental y central, con el objeto de impartir una educación religiosa a sus hijos, los padres los confían a un morabito), que vivía en el poblado. Ese tío lo había dejado delante de la mezquita a la caída de la tarde y le había mandado que se quedase allí hasta que él (el tío) volviese. Dijo que no se acordaba de su padre. Después de varios días de espera, el tío no volvió. Y se encontraba en esa situación, siempre delante de la mezquita. Ese niño abandonado a su suerte estaba en peligro y no era capaz de hacer frente a sus necesidades cotidianas.
El juez de niños y de tutelas fue informado por el centro social de la situación y ordenó que el niño fuera confiado a una familia. Recurrió a varias familias. Pero al saber que el niño estaba enfermo, todas lo rechazaban. Como los del Centro Social conocían a Alfonso y a su mujer Edith, les pidió si podían acoger al niño en su casa. Ellos lo aceptaron de corazón pensando en la necesidad de Issa.
Desde el primer día, Alfonso acompañó a Issa para una visita médica donde el pediatra del hospital de Korhogo. Es visita reveló que el niño sufría una inflamación y deformación de la columna vertebral 4 y 5.
El Pediatra después de que han establecido un certificado de edad fisiológica hizo una referencia al Departamento de cirugía de la CHR y se le atribuye la edad de 6 años. La consulta en este servicio reveló una sospecha de mal Pott, una forma de tuberculosis.
El mismo día se recurrió al Centro Anti-Tuberculoso. Se hizo una consulta de análisis y una ecografía que permitieron saber que el niño Issa sufría efectivamente del mal de Pott, que presentaba una masa líquida situada en el estómago y una anemia.
El niño fue sometido a tratamiento antituberculoso.
Issa comenzó en ese momento a frecuentar la escuela en CP1. Ha cursado una parte del año escolar pero a causa de su enfermedad y del retraso que llevaba ha repetido curso.
A pesar de todo eso ha mejorado mucho. Ha reencontrado su sonrisa. Y SOBRE TODO ¡HA ENCONTRADO UNA FAMILIA QUE LE QUIERE!
¡Todo tiene un final! Y ha llegado el tiempo de decir “adiós” a mi diócesis de Katiola.
Llegué en Octubre de 1966 y dejo esta diócesis (mi segunda y gran familia) el 21 de Noviembre de 2017.
Enviada a Korhogo, al Colegio Ste Elisabeth, a la llegada de Monseñor Nobou, dejé esta misión para fundar en Niellé con Sor Jeanine Sein y Sor Jeanne Aldalurra.
En 1989, a petición de mis superioras, dejé Niellé para ir con un nuevo equipo a Boniéré, a abrir una comunidad de formación para acoger a las primeras jóvenes africanas que deseaban ser Hijas de la Cruz. Las Hermanas Catequistas de Menton Habían salido de esta parroquia después de una presencia de 10 años.
Durante más 27 años he trabajado duro en esta parroquia con los Djiminis. Cuando alguna vez me han preguntado: “¿Cuál ha sido su misión preferida?” mi respuesta era: Cuando se trata de llevar a los hombres “la alegría del Evangelio” no se hacen comparaciones. He intentado adaptarme a cada situación, a cada mentalidad para anunciar a Jesucristo, para llevar un poco de alegría y consuelo, sobre todo a los más pobres, a los que tienen necesidades especiales. Una misión preferida era la de la catequesis a los niños de la escuela y a los jóvenes; podía anunciarles la ternura de Dios por cada uno, decirles que Dios se interesaba por cada uno de ellos.
Sencillamente he querido vivir nuestro carisma que se resume en dos palabras: “enseñar y curar”. Al mismo tiempo, a ejemplo de nuestra Fundadora Santa Juana Isabel, he querido dedicar una atención especial a la Iglesia y a sus pastores, nuestros Sacerdotes.
Todo el bien que he podido hacer por donde he pasado ha sido con la gracia de Dios que nunca nos falta y con la ayuda y el apoyo de mis Hermanas. La
Comunidad es la que evangeliza. De ahí la importancia de vivir una vida fraterna, vida de oración en la sencillez, la humildad y la alegría compartida. ¿No decimos que “¡La unión hace la fuerza!”?
Si durante estos cincuenta años he aportado algo a la Diócesis de Katiola, puedo decir sinceramente que he recibido mucho del pueblo, de la fraternidad de las Religiosas, de los Sacerdotes y de nuestro Obispo, Monseñor Bessi que ha confiado siempre en nosotras.
¡Gracias, muchas gracias a todos! Perdón si no siempre he respondido a lo que se esperaba de mí. Regreso al País Vasco, pero no sola, vuelvo con todos vosotros en mi corazón y en mi oración. No es más que un hasta la vista, Hermanos, sí, un hasta la vista porque ¡un día nos volveremos a ver!