Estamos a 25 de diciembre de 1803; es la hora de vísperas y nos hallamos en la iglesia de Béthines, una iglesia muy limpia, bien mantenida, una gran iglesia para una pequeña parroquia – pues era la iglesia de un priorato-. Se juntan allí, es después del medio día de Navidad…Ya no hay goteras desde hace poco tiempo porque la techumbre ha sido rehecha por el cuidado de la familia Bichier; claro que las vidrieras están todavía defectuosas, pero tal como es, está llena hasta explotar. Conocemos una frase evocadora: «No habríais visto tanta gente en la iglesia de Béthines como la que había esa tarde» …
Era normal. La parroquia Béthines estaba muy conmovida por la misión que tuvo lugar en diciembre. Entre los tres o cuatro misioneros que vinieron para la misión, pero había uno «el santo y venerable párroco de Maillé» lo sabéis, ese sacerdote refractario que ha vuelto de España en 19797 y que es muy conocido en el decanato.
Se sabe que durante la misión no dejaba el confesonario desde el amanecer hasta las cinco de la tarde y la misión se terminó con la erección de una cruz en el vado de Villeneuve, no lejos de la Guimetière, pero hoy, es Navidad, es el 25 de diciembre y el santo y venerable párroco de Maillé ha querido volver a Béthines desde Maillé, para dirigir a los parroquianos de Béthines en la ceremonia de la veneración del Niño Jesús, ceremonia muy especial. El Padre, para esta ceremonia ha traído de Maillé una “imagen del Niño Jesús” que, a mi parecer, no estaba prevista. Pero ¿qué no se puede esperar del santo y venerable párroco de Maillé? … cosas imprevistas en muchas ocasiones.
Hubo que instalar la imagen en medio de la iglesia de Béthines y, en dos minutos, (carta a Alexis Michon) lo hizo la Señorita Élisabeth Bichier des Âges, ella, la señorita de la Guimetière, soltera de 30 años, que desde hacía 6, desde los años 1797 se ocupaba de los niños, de los enfermos y también de la iglesia. Fue especialmente activa en la preparación de la misión y ahora en medio de la iglesia, ha instalado un pequeño altar, una mesa, velas, un mantel y esta imagen que ha traído el párroco de Maillé, Andrés Huberto Fournet. Toda la parroquia está muy atenta y escucha la “conmovedora plática del santo párroco” sobre el Misterio de Navidad.
El Párroco de Maillé, como pondrá después en sus escritos, debió decir de “Nuestro Niño Jesús que vino para darnos a conocer a Nuestro Padre Dios” y como dirá después a sus corresponsales debió decir también a los parroquianos: “Vosotros debéis imitarlo y representarlo” …
Después de la Plática del Párroco de Maillé se formó una larga procesión, en la que se caminó en una marcha de fe, con una vela en la mano, venerando la imagen del Niño Jesús. ¡La señorita Bichier fue la pieza clave de todo esto! Ya han pasado seis años desde el encuentro de Marsyllis. ¿Se celebró alguna vez Navidad en los Marsyllis? No se sabe, pero lo que es cierto es que se ha festejado de manera especial esta tarde de Navidad en Béthines.
En los Marsyllis, el sacerdote proscrito, Andrés-Huberto Fournet le había dicho a la señorita Bichier cómo debía servir al Santo Niño del pesebre sirviendo a sus hermanos. En Béthines, seis años más tarde, al comienzo de la tarde, en plena multitud, pues nunca había habido tanta gente en esta iglesia, cerca de sus hermanos a quienes ahora conoce bien, una vez más, sobreviene la veneración del misterio de la Encarnación, en el misterio de la Navidad.
Andrés-Huberto e Isabel, los dos están ahí, cada uno en su puesto, como estaban en los Marsyllis, como estarán los dos a lo largo de la historia, cada uno en su puesto, al servicio de una misión que el Señor les concreta cada vez más y siendo complementarios en esa misión: Isabel en la Guimetière y en su parroquia, Andrés-Huberto, sacerdote que acaba de ser nombrado párroco de Maillé y que duda todavía en aceptar esa pesada tarea a causa de su salud. (todos los detalles que hemos evocado, los hemos sacado de la carta de Isabel a Alexis Michon 20 de Enero de 1804 ).