Maria Laura,
¿Dejaste ese día tu cruz
Y la cadena que la sostenía?
¿Podría tu corazón amar sin medida
Y unirse en el Gólgota a Jesús ?
Tres jóvenes llevaban el arma del combate,
Y en la noche los gritos resonaban
con la melodía del agua que saltaba.
Y mientras suplicabas... Satán cogió su presa.
¿Podrías tú creer más allá de la Cruz,
dejar tu cuerpo con sangre , con heridas
en manos de las jóvenes a quienes tú querías
sin que en sus corazones despuntara la vida?
En vano brotaban tus palabras de luz.
Había que matar... ¿Para quién la victoria?
Y el cáliz hasta sus heces, tenías que beber.
¡Combate cuerpo a cuerpo de tierra y de manos!
Salir para entregar, en la calle tu vida,
Periferias de toda juventud.
En tu costado abierto pervive la promesa
del Perdón luminoso a corazón desnudo.
La vida en ti se apaga. Todo está consumado.
Tu rostro entre las piedras, tu espíritu entregado
Un rayo de luz brilla hasta la infinitud
de una cruel locura.
Ahí cae el Amor, ahí cae con la Cruz
Humilde recorrido de tu humano bautismo.
Del fondo de la tierra tu martirio sembrado
Brotará en la Alegría que cantan tantas voces.
Una hija de la Cruz
Pascua 2014