Icono en honor de la "Beata María Laura Mainetti, mártir de la Iglesia".
La disposición del icono recuerda el tema del abrazo con el que sor María Laura acoge espiritualmente a las chicas que la mataron y pide al Padre que les perdone.
Sor María Laura está representada en la postura que recuerda el icono del Esposo y en la intersección del eje vertical con el eje horizontal de la cruz, está colocada en una actitud de tierna acogida. La línea vertical es la de la ascesis, la horizontal es la de la caridad. Su punto de intersección invita a meditar la Palabra del Señor de manera espiritual y concreta, como sor María Laura ha tratado de hacer en su vida social y espiritual.
Sor María Laura es colocada dentro de un CÁLIZ-BAUTISTERIO-FUENTE.
El cáliz recuerda la ofrenda de su vida, pero también su Bautismo. El Cáliz-Fuente de la intuición sugerida por el Espíritu, para una vida laboriosa cuyas manos, casi como alas de paloma, son el signo. Manos para acoger, manos para abrazar, para mantener en el corazón la esperanza de que las tres jóvenes, en las cuales el tiempo ha extraviado los pasos, se encuentren en el camino de la misericordia de Dios.
Dios no rechaza ni olvida a los caídos, y así como encontró un refugio y agua para Agar e Ismael en el desierto, no olvidará ciertamente darles la posibilidad de encontrar el agua de la vida y la sombra suficiente para no sucumbir al fuego del extravío y de la desesperación.
El Cáliz-Fuente no es un hecho personal sino una salvación para todos; además, está representado como un árbol plantado en el centro de una ciudad. Cada ciudad humana es un lugar para involucrarse con lo esencial.
Las palabras "Padre Perdona" recuerdan al " ¡Perdónales! " última palabra de María Laura antes de entregar el espíritu, como Jesús, por fin verdaderamente identificada en el amor y la entrega de sí.
En la esquina superior derecha, la mano del Padre bendiciendo acompaña la vida y la muerte de sor María Laura, mientras que el rostro de Cristo nos recuerda su verdadera pasión: ser Hija de la Cruz.
El todo está envuelto en oro, que en lenguaje iconográfico es la luz increada del Padre, es decir, del "Octavo Día" en el que veremos cara a cara a "Aquel" que tanto hemos esperado ver.
En ese momento, el Espíritu nos revelará lo que ahora estamos en vano tratando de explicar con nuestra razón.
Las ramas de palmera narran su martirio: espacio de absoluta cercanía con su Señor, tiempo de prueba que solo encuentra su sentido y su cumplimiento en el misterio de Dios.
Este icono fue escrito en honor de la
Beata María Laura Mainetti, mártir de la Iglesia.
Villático, 20 de julio de 2022