Magnificat, magnificat anima mea Dominum! Magnificat, magnificat !
Tú me has llamado por mi nombre:
« ¡Tú eres preciosa a mis ojos! / Te alabo y exulto de alegría.
Con esta alegría y colmadas de agradecimiento, nos hemos encontrado para celebrar juntas, hijas de la cruz de todas partes, la fidelidad y el amor de Dios en nuestra vida.
El primer día, 27 de mayo, era la festividad de la Santísima Trinidad: “Bendito sea Dios que nos ha bendecido y colmado de felicidad…” Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu…
Esta celebración ha situado nuestro tiempo de probación y nuestra vida bajo el signo de la bendición. ¡Bendición para recibir,… para vivir,…para dar!
Estar en La Puye es reencontrar nuestras raíces, nuestros Fundadores, entrar en diálogo con ellos, encontrarlos en los lugares más importantes de su vida y de la nuestra: los Marsillys, la escalera del pobre, la gruta de la cancerosa, Molante, Saint Phèle.
Mirar el pasado y tratar de comprender el hoy.
Ver sus desplazamientos y encontrar apoyo para nuestros desplazamientos de hoy.
Tiempo de probación: alegría de encontrarnos como hermanas, después de tantos años… recuerdos que se despiertan, sorpresas que acogemos… compartir de nuestras vidas… y ¡la fraternidad que explota!
Es verdad: han pasado tantos años, el tiempo nos ha cambiado, la gracia de Dios nos ha acompañado, la fraternidad y la amistad han calentado nuestro corazón y ahora estamos ahí para decir una vez más que queremos continuar unidas siguiendo a Jesús y sirviendo a los pequeños y a los pobres.
En Molante hemos vivido el memorial de los votos de nuestras primeras hermanas.
Con ellas hemos buscado las palabras para pronunciar hoy nuestro sí renovado. A través de los años, nuestra consagración ha tomado más, si cabe, los colores del amor, de la confianza, del abandono; a veces, de la ofrenda, por la enfermedad, los límites… pero sobre todo, el color de la esperanza sólida porque Él es fiel. Siempre está a nuestro lado.
Boguemos mar adentro pues Jesús está en la barca, vayamos, avancemos. ¡Nuestro corazón está dispuesto!
El tiempo ha pasado a toda velocidad. Cada una ha participado de manera sencilla, activa y auténtica…lo que ha permitido sentir la presencia y el paso de Dios en nuestras vidas.
En los momentos de expansión y de encuentros gratuitos, también hemos descubierto tantos dones, tantas capacidades artísticas ocultas que han manifestado la armonía en la diversidad. Y estábamos en comunión con las hermanas del grupo que no han podido estar físicamente presentes.
Gracias a nuestra hermanas del Consejo general que nos han ayudado a vivir este tiempo con intensidad, a bucear en las aguas profundas del Amor gratuito de Dios y a y a remar hoy mar adentro de nuestro sí, acompañadas por nuestros Fundadores, por tantas hijas de la cruz que nos han precedido y por las que están con nosotras.
¡Tú eres la luz de la Vida!, En ti la alegría no tiene fin!
¡Tú eres bondad infinita! Te alabo y exulto de alegría.