“Entra para orar, sal para amar”, este es uno de los lemas que vivió a lo largo de su vida la Beata María Laura, Hijas de la Cruz asesinada en el año 2000 en Chiavenna, Italia. Un lema que me habla mucho, porque para mí la fe es algo que se vive todos los días. Soy cristiana en lo más profundo de mi ser. Estoy invitada a vivir mi vida en profunda unión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Estoy invitada, como la Beata María Laura, a entrar para orar y a salir para amar.
Qué hermosa imagen, la de “entrar en oración”, Jesús nos muestra que para él era importante tomarse un tiempo aparte para estar con su Padre. (Marcos 1:35) Para conocer a nuestro Padre, debemos entrar en una relación con Él, como si estuviéramos “perdiendo el tiempo con un amigo” para descubrirlo a él y a nosotros mismos.
Cuando daba catequesis, un día un alumno me preguntó por qué era tan importante la oración y le dije: “para dejar que nuestro Padre nos llene de amor hasta el punto de querer estallar y dejar que este amor fluya de nosotros.» Entrar en la oración me permite descubrir cómo puedo vivir plenamente mi vida amando a los demás, porque la oración nunca debe volvernos hacia nosotros mismos. Amar a los demás se puede lograr con gestos sencillos como una sonrisa, una mano amiga o incluso un simple “¡hola!”»
Además, estoy invitada a entrar en la celebración eucarística para nutrirme de la Palabra de Dios, así como del Santísimo Sacramento y salir a amar. Siempre me ha encantado la celebración del Jueves Santo con el gesto de lavar los pies, donde el mismo Jesús nos da un ejemplo a seguir. Con este sencillo gesto Jesús muestra a sus discípulos que ha venido a servir. Para mí servir es un gesto de amor donde reconozco al otro y reconozco su dignidad. Participo en la celebración eucarística para tomarme un tiempo para nutrirme, llenarme del amor del Padre y luego salir a amar a mi hermano o hermana necesitado.
Lo que puede enseñarnos y animarnos a amar más es comprender el significado de nuestro nombre. Me encantó dar una clase de catecismo para presentar a mis alumnos la etimología de su nombre. Los invité a explorar por qué recibieron su nombre y a contar la historia de la elección de su nombre... para luego vivir de la riqueza de este nombre y aprender a conocer al santo vinculado a su nombre. Un día, me sorprendió descubrir mi propio nombre... Sí, conocía la historia detrás de la elección de mi nombre, pero ahora descubrí su riqueza. Porque en el nombre de Marie está el verbo “Amar”.
(Article de la Chronique Religieuse de La Liberté - 4 au 10 septembre 2024)
Marie H. Moquin, fdlc