Como voluntarias de SERCADE (Servicio Capuchino para el Desarrollo y la Solidaridad) fuimos invitadas a su fiesta de fin de curso en Casa Boza.
Algunos problemillas de salud nos impidieron acudir a todas las que hubiésemos deseado unirnos a la fiesta.
Dos Hermanas pudieron asistir, para consuelo nuestro, regresando a casa muy contentas de lo allí vivido.
SERCADE lleva a cabo una labor de asistencia e integración de inmigrantes subsaharianos a la que nos hemos unido como voluntarias y colaboradoras. Es una misión de Evangelio y una tarea social realmente necesaria y muy gratificante, y nos sentimos felices de poder ayudar dentro de nuestras humildes posibilidades.
Mientras nos quede un aliento de vida queremos seguir cerca de los pequeños y los pobres. Madrid nos ofrece variadas formas de llevarlo a cabo.