Filles de la croix

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Testimonio/ Agradecimiento/ Envío
Jan 29, 2020

En una semana, he tenido la ocasión de vivir la fuerza de mi vocación en tres momentos diferentes. Es una oportunidad que nos demuestra que Dios continúa llamándonos para ser signos vivos en el mundo de hoy.

 

Testimonio

Durante un fin de semana de discernimiento, Diane y yo fuimos invitadas a acompañar a unos adultos jóvenes en una "Marcha de Emaús". Pero antes, tuve la alegría de dar testimonio de mi vocación.  A continuación presento algunos puntos que compartí:

No fui yo quien eligió mi vocación sino Dios quien me eligió a mí…  Tuve la alegría de compartir con los participantes cómo, durante mis primeros votos, Dios me dio una señal.  Era un día nublado y cuando me arrodillé ante el altar para un momento de oración, un rayo de sol atravesó el tragaluz de la capilla y se posó sobre mí. ¡Fue una señal para mí y para las personas que estaban allí de que Dios realmente me quería para Él! Mi vocación me permite crecer todos los días pues cuanto más tiempo paso con mi Padre que me amó primero: cuanto más me descubro ... más me activo para ser más y más a imagen de Jesús.

 A la pregunta "¿qué belleza y bondad encuentro en mi vocación?", No dudé en decir: “¡La belleza de Dios en todo lo que me rodea y la gran misericordia del Dios amoroso!”  También compartí que nuestro Dios tiene sentido del humor, ya que cuando ingresé en la comunidad, dije que no quería ser enfermera ni maestra. Y mira por donde ahora no tengo mayor alegría que la de acompañar a los enfermos, a los sufridores, a los moribundos… Y paso mi tiempo descubriendo las maravillas de ser docente de pequeños, adolescentes y adultos.

 Terminé mi testimonio invitando a los participantes: “a vivir en la verdad pues Dios nos ha creado a su imagen, a dedicar tiempo a descubrir esa imagen y a permanecer fieles a esa imagen, así como a vivir sólo un día de una vez, anclados en la fe, la esperanza y el amor.”

 

Agradecimiento

Al día siguiente nos invitaron a Saint Claude para una celebración conmemorativa de difuntos – la comunidad quería subrayar la presencia de nuestra Hermana Éliane Lagassé, entre los difuntos. Fue un tiempo de oración para alegrarnos de haber conocido el amor compartido por aquellos y aquellas que se nos han ido. La celebración fue sencilla, pero nos mostró como nuestra presencia en esa comunidad parroquial ha sido reconocida y todavía es fuerte ahora cuando ya no estamos. Después de la celebración, la gente nos habló de su recuerdo de Sor Eliane y también de otras Hijas de la Cruz que vivieron con ellos. Nos subrayaron su alegría por haber tenido entre ellos a Sor Cécile Aimé y su agradecimiento porque pudiese sacar tiempo para regresar junto a ellos en ciertos tiempos fuertes.

 

Envío

Unos días más tarde, las comunidades religiosas tuvimos un encuentro con Mgr. Le Gatt. A pesar de las numerosas cabezas blancas presentes en el grupo, experimentamos la vida, una fuerza y un compromiso para vivir nuestra vocación hasta el final… Es el canto final que resume bien que Dios continúa llamándonos a las religiosas a caminar con su pueblo en marcha.

 « We Are Called » - Hemos sido llamadas a vivir en la luz, a brillar con la alegría del amor del Señor… a actuar con justicia… a amar con ternura… a servirnos los unos a los otros… a caminar humildemente con Dios… Llamados a ser Esperanza de los desesperados; misericordiosos, con quienes sienten miedo; a caminar como hermanas y hermanos unidos en el Amor. ¡Esa es nuestra llamada!

Sor Marie H. Moquin, Hija de la Cruz (11 – 14 Enero, 2020)