1859: Llegada de las primeras hermanas a España
A partir de 1848, un sacerdote de Bilbao pide a La Puye que envíe a un grupo de hermanas a su parroquia para ocuparse “de niños de familias indigentes”. Una familia está dispuesta a entregar una vivienda a las hermanas y hacerse cargo de los gastos. Debido a problemas políticos, esta petición se retrasa.
No es hasta 1858 que las Hijas de la Cruz se hacen cargo de un orfanato y abren una escuela y un taller para niños y jóvenes.
En Bilbao
Se abre una escuela popular en Bilbao.
La llegada de las Hijas de la Cruz a Bilbao hará que otras localidades deseen tener hermanas allí que se ocupen de los niños.
El padre de la misión de Bilbao escribe a sus superioras: “las que os escriben para pediros que enviéis cuatro o cinco de vuestras buenas hermanas son las niñas pobres de un puerto marítimo a escasa distancia de Bilbao…”.
Se responde a la petición, se ponen en marcha algunas fundaciones. Surgen comunidades en los pueblos, los puertos pesqueros, las ciudades.
En Francia
En 1903 Francia se votan las leyes anti congregacionales; las Hijas de la Cruz dirigen 286 escuelas. Pero el derecho a la enseñanza es prohibido a todas las congregaciones.
Al inicio del curso escolar de 1903, de las 10.000 escuelas dirigidas por religiosos, más de la mitad se abren legalmente por “laicos”.
Con la aprobación de la jerarquía católica francesa, con el acuerdo de Roma, miles de religiosos continúan con el desafío de mantener la educación católica en Francia. Eligen una vida religiosa pero sin congregación, sin comunidad. Ellas continúan enseñando pero como personas laicas.
Otras religiosas prefieren abandonar la enseñanza en Francia, se ponen a disposición de sus superiores y aceptan partir “a las misiones”.