Las hermanas Nekane, Marisa, Grazia y Josefa "colocaron la tienda" de las Hijas de la Cruz en la tierra de Bahía, respondiendo al llamamiento del obispo de Ilhéus Dom Mauro Montagnoli.
"La mies es grande", y nuestras hermanas, bien animadas de ardor misionero y agraciadas de buenas energías físicas y, aún más, de óptima preparación y experiencia en la formación catequético-pastoral, no tardaron en "poner las manos en la masa". El campo es vasto, sea en las dimensiones de la formación humana en la pastoral y social: catequesis, alfabetización, salud, movimientos sociales, presencia y apoyo humano a los "últimos"... en las diferentes edades, de los niños a los adultos y ancianos, pasando por los caminos jóvenes, bien en la fidelidad a nuestro carisma de la elección y atención preferente por los más pobres y excluidos. Es de los últimos años la respuesta que la comunidad se dispuso a dar al llamamiento de la iglesia local, en la persona del obispo Don Mauro y del párroco P. Laudelino, de la parroquia San Francisco de Asís, de ofrecer una presencia de apoyo y cariño a los huéspedes de la comunidad Hacienda Esperanza (drogodependientes) y sus familiares.
23 de septiembre de 2018
Con casi 20 años de presencia en el territorio, la última comunidad formada por las hermanas María Assunta, Neuza y Filomena, no sin dolor, pero en la paz y la esperanza, cumplen el "mandato" de la "entrega de las llaves misioneras" en manos de los actuales representantes de la Iglesia local.
Paz, esperanza, fe..., junto con gratitud y alegría también por tantos frutos visibles en camino de maduración que las semillas jugadas a lo largo de los casi 20 años de laboriosa presencia de la Congregación en la tierra de Bahia ya permite ver y, aún más, esperar por la acción de la gracia de Dios y la dedicación de las hermanas que se sucedieron en la misión. Recordamos, además de las primeras y de las últimas, a las hermanas María Rosário y Félicité.
Dejamos la misión de Ilhéus en cuanto a la presencia física, pero, juntándonos a las hermanas María Rosario y Grazia en Belo Horizonte, llevamos en el corazón y en la oración la fe, el coraje, la perseverancia en el camino del Evangelio de ese pueblo simple, implorando sobre él las que se ha convertido en una de las más antiguas de la historia de la humanidad, y que, en la medida de lo posible, Nuestra Señora de la Concepción Aparecida (Patrona de Brasil).