El día 27 de noviembre de 2019, celebramos la fiesta de Ntra. Sra. de la Medalla Milagrosa en la capillita del barrio "El Ombu" de Boulogne (Argentina).
Al llegar al barrio nos encontramos con un ambiente festivo, donde cada uno había intentado poner sus dones al servicio del acontecimiento: unos preparaban banderines y globos para decorar, otros el escenario, el sonido y la música. Se sentía en el ambiente la alegría por nuestra fiesta y en verdad, nos sentíamos comunidad, como una gran familia.
Cuando todo estuvo preparado, llegó el momento de la procesión. Estaban presentes nuestro querido Obispo Mons. Ojea, los sacerdotes teatinos, la gente de los barrios y de nuestra parroquia, sin olvidar a las Hermanas Hijas de la Cruz.
Partimos de nuestra Capillita con la imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa, y nos salió al encuentro la imagen de la Virgen del Río Blanco y Paypaya, venerada en Jujuy y especialmente querida por la gente sencilla de los barrios vecinos. Recorrimos las calles animando la procesión con música, oraciones y aplausos.
El Obispo iba bendiciendo a todas las personas que salían a su encuentro. ¡Fue una verdadera fiesta popular!
A continuación tuvimos una hermosa misa con mucha participación por parte de los laicos; un coro de jóvenes muy dinámico y alegre animó la celebración y también disfrutamos de una delicada danza en la presentación de las ofrendas.
El acontecimiento importante en esta celebración fue el “envío” de los los laicos, que a lo largo de este año se prepararon para continuar la misión pastoral de las hermanas en la Capillita. El Obispo impuso las manos a cada uno para que la fuerza y la alegría del Espíritu Santo los acompañara en esta tarea, y les entregó una cruz y una Virgencita como signo de este compromiso. Fue un momento emocionante.
Al finalizar se agradeció al Obispo, Padres Teatinos, intendente (alcalde) y miembros de las distintas comunidades la participación en la celebración y el cariño demostrado. Las hermanas animaron a los laicos “enviados” a continuar su tarea con generosidad, prestando especial atención a aquellos que más lo necesitan, los predilectos de Jesús y siguiendo su ejemplo de acercarse a ellos con afecto, sencillez y respeto.
Las hermanas Hijas de la Cruz que pasaron por las comunidades de Santa Rosa, Cristo Obrero y Medalla Milagrosa, agradecen la sencillez, la generosidad y la apertura de corazón que siempre manifestaron las personas de los barrios durante los nueve años presentes en Boulogne. Recibieron mucho cariño y siempre fueron muy bien recibidas.
Fieles al carisma y la misión de estar cercanas a los pequeños y los pobres de hoy, las hermanas intentaron ser hermanas de todos y todas. Hoy, son enviadas a desempeñar su misión pastoral en otros lugares, pero continúan pidiendo al Espíritu que los guíe en este caminar y que la Virgen Milagrosa los proteja siempre.