Una nueva comunidad en Alianza que comienza con virus, máscaras, toques de queda, confinamiento, es bastante original ... e inesperada …
" Qué hacemos?” O mejor dicho “¿Qué estamos viviendo?”
En cuanto a cada Hermana: La respuesta a una llamada, sin saber realmente a dónde nos lleva esta llamada, sino a la presencia en el Señor, así como a quienes podemos encontrar físicamente o por teléfono, en este entorno multicultural.
Hay vecinos en el edificio: cuidado de niños en ausencia de los padres, familia que nos trae un plato africano, presencia con la madre de un niño desaparecido (y encontrado), reuniones en el escaleras, ayuda a migrantes conocidos y están en dificultad, establecimiento de contactos, permanencia en Ayuda Católica (cáritas), acogida a alguna persona que está sola, llevar la comunión a una persona discapacitada, encuentros en los huertos familiares y... remolacha recibida, ayuda a un escolar en dificultad, Restaurante del corazón.
También se da el compartir entre nosotras estas realidades, momentos de oración con todas estas personas que nos rodean y con nuestros fundadores y María, momentos para conocernos y reflexionar juntas sobre el Evangelio y otros textos cada semana, el tiempo de dos Eucaristías, miércoles y domingo en la comunidad, también el tiempo del “radio de un kilómetro” diario.
Y por supuesto los tiempos de teléfono con otras comunidades de Hijas de la Cruz o Siervas de María. Reflexión de una Sierva de María "Rezo por vosotras 2 y vuestro barrio".