Hoy, día de Santa Teresa de Jesús, me hace recordar esa frase de ella tan popular: «entre pucheros anda el Señor».
Automáticamente me viene el «puchero», -si se le puede llamar así- que tenemos en casa.
Hace siete meses que se cumplen en Argentina, desde que se paralizó el país a causa del covit 19. Ahora no está tan parado como antes, pero todavía, para desplazarse a otro municipio se necesita permiso.
En medio de esta situación, donde había gente que de por sí vivía una economía bien vulnerable, con un trabajo «no oficial», recogiendo cartones... esta situación lo que hizo fue perjudicarla mucho más.
De todos modos no podemos olvidar los signos del Amor de Dios que se reflejan, de un modo especial, en situaciones de dificultad, de dolor, de sufrimiento...
En el barrio de Reysol de Zárate, conocimos a gente que se puso a hacer la olla popular, para compartir la comida con la gente que más necesita. Cuando se hace la comida, va gente con un recipiente y le da una cantidad, teniendo en cuenta cuántas personas son en esa familia. Después, la Hermana Isabel con otra gente de la Capilla de Medalla, se comprometieron a hacer comida cada quince días. Conocieron a algunos que también querían ayudar en este proyecto y, actualmente se hace todos los sábados.
Además se ha creado una especie de grupo, donde están los diferentes lugares del barrio donde da comida o merienda, intentando ayudar a la gente más desfavorecida. De este modo, se hace la olla popular unos tres días a la semana y una merienda.
Hay gente que aporta económicamente y con alimentos. En algunos lugares donde se compra la verdura, el pan, etc., dan gratuitamente parte de los alimentos, porque saben su finalidad. Tenemos una cazuela bien grande que también ha sido donada.
Los sábados es cuando Isabel con gente de la Capilla de Medalla y otras personas, hacen la comida. Después la llevan al barrio y se alimentan un poco más de cien personas.
Lo que a veces es difícil es la constancia pues, lo que al principio iba a ser quince días y se alargó para un mes... ya se cumplen hoy siete meses. Algunas personas, por diversas circunstancias no pudieron ayudar en momentos puntuales o dejaron de hacerlo pero, se han implicado otras nuevas.
Volviendo a la frase de Santa Teresa de Jesús, confirmo que en estos pucheros anda el Señor. Como está escrito en Mt 25, 35: «Porque tuve hambre y me distéis de comer».
Nuestro deseo es que llegue lo antes posible el momento en el que haya una vacuna para el covit 19 y podamos volver una «vida normal», si es que esta gente alguna vez la ha conocido.