La Universidad Pontificia de Santa Cruz en Roma, Plaza de S. Apollinare, el 5 de diciembre de 2019 organizó una jornada de estudio sobre la Vida Consagrada y la Nueva Evangelización hoy.
A la luz de las enseñanzas del Papa Francisco, la iniciativa quiso ofrecer ”una oportunidad para debatir y profundizar sobre los desafíos culturales, espirituales y pedagógicos que afectan hoy a la identidad y misión de las personas consagradas ".
Ante un gran grupo de oyentes, los oradores ilustraron diferentes aspectos del tema elegido.
Por la tarde hubo varios testimonios de hombres y mujeres religiosos.
Sor Lucía Bellotti fue llamada a presentar su experiencia de evangelización en las Prisiones de Rebibbia en Roma.
Sor Lucía es una Hermana Hija de la Cruz de Italia y durante 25 años vive su misión en el ambiente de la prisión. Su presencia discreta y constante le ha permitido colaborar con la realidad compleja y profundamente herida de los detenidos. Junto con los capellanes de la prisión, Sor Lucía ha tratado de establecer relaciones humanas y cristianas con cuantos están cumpliendo penas de prisión muy severas.
Así es como presentó su experiencia de evangelización en el ambiente de la prisión: Mi nombre es Sor Lucía y soy una Hija de la Cruz.
Mi Congregación surgió en Francia después de la Revolución Francesa de dos santos: un párroco, San Andres Huberto Fournet, y una joven noble, Santa Juana Isabel Bichier des Ages.
Durante muchos años he vivdo mi profesión de enfermera en diversos Hospitales y Casas de reposo en varios lugares de Italia.
Hoy, sin embargo, desde hace más de 25 años, estoy llevando a cabo mi misión como voluntaria aquí en Roma en la Circondariale di Rebibbia y en la sala reservada a los prisioneros del Hospital Pertini.
Todo comenzó con el encuentro con un prisionero ingresado en el Hospital S. Flippo Neri donde trabajaba.
En el momento de recibir el alta, me dijo muy emocionado:
"No me abandonéis ...".
Ese grito procedía de su profunda necesidad de recibir “gestos de humanidad” y de oír “palabras de esperanza”...
Me sentí profundamente afectada... y no sólo yo, sino también mi comunidad ...
E inmediatamente nos sentimos interpeladas: ¿QUÉ NOS ESTABA PIDIENDO EL SEÑOR?
Con otra hermana empecé a ir a la cárcel de “Regina Coeli” una vez a la semana, haciendolo compatible con otros compromisos
Poco a poco, las visitas se hicieron más frecuentes, los contactos se multiplicaron ... hasta convertirse en una verdadera "misión" a tiempo completo que la misma Congregación me confió ...
Para seguir el testimonio completo se puede ir a este enlace.
Gracias Sor Lucia !